Si no conseguimos limitar el calentamiento global a 1,5 °C, ¿cuáles serán las consecuencias para nosotros y nuestro planeta?
Si no conseguimos limitar el calentamiento global a 1,5 °C, podríamos acercarnos a otros puntos de inflexión en el sistema terrestre que podrían conducir a un calentamiento global aún mayor que se reforzaría a sí mismo. Por ejemplo, si se derrite el hielo marino del Ártico, la región polar se oscurece y se refleja menos radiación solar. O si el deshielo del permafrost libera metano a la atmósfera y el suelo pasa de ser un depósito a una fuente de gases de efecto invernadero. O si el carbono almacenado en los árboles se libera bruscamente a causa de devastadores incendios forestales o de la muerte de los bosques como consecuencia de sequías y enfermedades. Desgraciadamente, no podemos descartar la posibilidad de que con un calentamiento de 2 grados sobrepasemos ya un límite planetario y el planeta entre en un estado de "edad caliente", en el que el clima seguiría calentándose por la liberación de gases de efecto invernadero y calor de la tierra y los océanos. En la actualidad, aún disponemos de una década crucial para invertir la tendencia del CO2 y proteger a la población de los mayores riesgos del cambio climático.
Dadas estas dimensiones, ¿qué puede hacer cada individuo para cambiar las cosas a mejor? ¿Y qué exigir a las empresas y a los políticos?
No podemos hacer recaer toda la responsabilidad en el individuo. Para garantizar un futuro climático sostenible para las generaciones venideras, necesitamos grandes cambios en nuestra sociedad: desde un abandono total de los combustibles fósiles en sólo 30 años hasta un cambio en la producción de alimentos que no destruya los ecosistemas. Esto sólo puede lograrse mediante el liderazgo político y el comportamiento responsable de las empresas. Al mismo tiempo, nosotros mismos decidimos qué compramos, cómo viajamos y qué comemos. Nosotros mismos elegimos a nuestros responsables políticos. Así que no hay duda de que cada individuo es importante como parte indispensable de un movimiento global. Además, todos podemos hacer una pequeña contribución a la estabilización del clima, por ejemplo, conduciendo o volando menos, comiendo más fruta y verdura en lugar de carne y productos lácteos o desperdiciando menos alimentos. En la política no sólo influyen los ciudadanos, sino también la economía. Para lograr una política climática ambiciosa, necesitamos que los bancos, las compañías de seguros y las grandes empresas como METRO AG asuman su responsabilidad. La sostenibilidad debe conceptualizarse como una alternativa más innovadora, competitiva y de éxito. METRO podría estar a la vanguardia de esta transformación hacia una industria sostenible y respetuosa con el clima. Al fin y al cabo, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad en la próxima década y volver a reducirse a la mitad en cada una de las décadas siguientes para llegar a cero en 2050.