Antes de que los mejores chefs entren en el ring y preparen el plato de sus vidas en 5 horas y 35 minutos, Akos Bosze y su equipo llevan semanas planificándolo todo al detalle. Todo tiene que funcionar a la perfección el día del espectáculo. No se permiten errores. Ni durante todo el evento. Y menos aún en la calidad de los productos.
Un hombre para todo
Akos Bosze, principal organizador y jefe del equipo de desarrollo empresarial de METRO HoReCa en Hungría, sabe los retos que le esperan. Hungría acogió y organizó la final europea del Bocuse d'Or en 2016. Por aquel entonces, Akos colaboró activamente en la planificación y la realización, por lo que cuenta con una gran experiencia. "Ser organizador es una gran responsabilidad. Y, en mi caso, significa ser el hombre para todo. No es un trabajo de 360 grados, sino de 720", ríe. Coordinar a más de 100 empleados, montar una exposición de 1.000 metros cuadrados, reservar hoteles, enviar invitaciones, coordinar procesos y seleccionar productos... todo eso forma parte de su trabajo y su área de responsabilidad.
El hecho de que Hungría organice por segunda vez la fase final europea le llena de orgullo. "Presentamos una solicitud con mucho éxito y un buen concepto". Se necesita una solicitud de más de 100 páginas para que nos permitan acoger el concurso de cocina más importante. Todo se pone a prueba, incluidas las posibilidades financieras. La lista de solicitantes era larga. "Con Sirha Budapest, que se celebra cada dos años, tenemos una de las ferias internacionales de HoReCa y comercio al por menor más importantes de la región. El Bocuse D'Or se celebra ahora en este marco. Es el lugar perfecto para este acontecimiento único", explica Akos, que empezó a pensar en todo el concepto en junio del año pasado. "Combinar la feria y el concurso de cocina es algo único y requiere una planificación precisa. Al principio éramos un pequeño equipo de cuatro personas. Ahora hay más de 100 personas trabajando entre bastidores", dice orgulloso.