"En mi opinión, la cocina de fusión ofrece las experiencias de sabor más interesantes, y por eso seguimos este enfoque", afirma Philipp Lange. Lange es jefe de cocina del restaurante Agata's de Düsseldorf, galardonado con una estrella Michelin."Hay varias maneras de conseguir el sabor que uno tiene en mente", describe Lange. Al igual que los estándares son la base de la improvisación en la música de jazz, la cocina también necesita una base. "La cocina francesa ofrece un excelente recetario básico, pero tiras las normas por la borda cuando tienes algo nuevo en mente".
La cocina de fusión predomina ahora en la gastronomía con estrellas Michelin. Su aparición se atribuye a menudo a la globalización. Sin embargo, las culturas y su forma de cocinar siempre se han influido mutuamente. Por ejemplo, la historia colonial de Cuba ha combinado influencias españolas, africanas y caribeñas. Las ollas y sartenes de la cocina criolla del delta del Mississipi, en Estados Unidos, son igualmente coloridas.
También en Hawai, la cocina polinesia y las influencias de los inmigrantes japoneses y norteamericanos se han combinado para crear una cultura alimentaria diversa. Philipp Lange extrae de ahí su amor por la experimentación. Cuando tenía 9 años, su familia emigró a Hawai. ¿Cómo se las arregla un niño del Báltico para comer pescado crudo? ¿Cómo se abre un coco? El sabor del musubi -carne frita para desayunar en rollos de sushi- después de un día en la playa también es un recuerdo formativo. Fue la inspiración de un plato de Agata. "Musubi de anguila con anguila ahumada, teriyaki y manteca de ternera Wagyu, jengibre, manzana y cebolla. Nada tenía que ver con el musubi de entonces, pero está claro que me inspiró".