"En los malos momentos de mi vida, horneaba tarta de chocolate ".

Ya de niña, Maria Quirino de Almeida miraba por encima del hombro de su abuelo en la panadería. Sus palabras permanecen con ella hasta hoy: "Todo lo que aprendes aquí, lo aprendes para toda la vida". María creció en condiciones difíciles y encontró el camino a Alemania. Llegó aquí a los 17 años y pasó de lavaplatos a chef de eventos y catering. Hoy muestra lo que crea su equipo en las redes sociales y se forma constantemente, la última vez en la renombrada escuela de cocina "Le Cordon Bleu" de París.

Esta traducción ha sido creada a partir del texto original utilizando IA (DeepL).
 Maria Quirino de Almeida trabaja en una de sus dulces creaciones.
 Maria Quirino de Almeida, empleada de eventos y catering en METRO Campus Services

¿De qué se trata?

De Brasil a Alemania: pasión por la pastelería. Maria Quirino de Almeida, empleada de eventos y catering en METRO Campus Services, encontró su camino hacia el dulce arte de la pastelería.
Un postre creado por Maria Quirino de Almeida

ACERCA DE ... MARIA QUIRINO DE ALMEIDA

Maria Quirino de Almeida nació y creció en la costa nordeste de Brasil. Le apasiona la repostería, que aprendió de niña en la panadería de su abuelo. A los 17 años llegó a Alemania con su pasión en el equipaje. Trabaja en METRO Campus Services como empleada de eventos y catering, donde es responsable de la pastelería y también documenta el trabajo de su equipo en Instagram. Maria está casada con un brasileño y vive con él y sus dos hijos en Düsseldorf. Le encanta el clásico pastel de la Selva Negra: el sabor amargo del licor, la acidez de las cerezas, el dulzor de la nata y las virutas de chocolate. Para ella, el equilibrio perfecto, como la vida.

Su próxima gran actuación: la Gala del 60 aniversario de METRO, en octubre. Lo que María y su equipo mostrarán: Delicias dulces creativas y modernas con un sutil sabor brasileño.


"Todavía recuerdo muy bien mi primera vez aquí en Alemania. Muy bien, de hecho. Mi nueva vida comenzó el 25 de mayo de 2013. Yo tenía 17 años. Seguí a mi mamá, que dejó Brasil cuando yo tenía 13 años y se mudó aquí para vivir con su nueva pareja. Empecé de cero en Alemania, ni siquiera sabía hablar alemán.

Fue una época difícil. Muchos altibajos. Experimenté derrotas, sentí racismo, luché con la burocracia alemana. No me sentí a gusto aquí durante mucho tiempo. Me las arreglé con varios trabajos, solicité empleo como limpiadora, ayudante de cocina y dependienta. No rehuyo el trabajo. Aprendí pronto a ser responsable de mi vida. Aquí en Alemania me di cuenta de que me gusta cocinar, de que me encanta la repostería.

Heredé de mi abuelo la pasión por la pastelería y la confitería. Me pasaba horas mirándole por encima del hombro en la panadería. Aprendí mucho de él. Hubo una época en Brasil en la que no me encontraba bien mentalmente. Entonces empecé a hacer pasteles de chocolate en la pastelería de mi abuelo. Era mi terapia. Me ayudó. En los malos momentos de mi vida, cocinaba tarta de chocolate. Me acordé de aquello en Alemania y en algún momento me di cuenta. "María", me dije, "puedes conseguir lo que te propongas. Eres joven. Tienes hijos, pero también un marido que te apoya. ¿Por qué te quedas parada? Mira hacia el futuro".

Y así empezó mi viaje. De formación en formación, paso a paso. Asistí a seminarios y cursos de formación, a pesar de las voces escépticas a mi alrededor: "María, eso no sirve de nada. Necesitas un título, formación, papeles". Pero no me dejé amilanar. Participé en cursos de formación durante las vacaciones y en mi tiempo libre. Ahorré hasta tener el dinero que necesitaba.

Cursos de pastelería en Brasil e Italia, cursos de fondant en Portugal... Quería aprender. Quería que mis pasteles no sólo supieran bien, sino que también tuvieran un aspecto encantador. Hace poco estuve en París, en la famosa escuela de cocina "Le Cordon Bleu".

Aún recuerdo mi entrevista de trabajo en METRO. Fui auténtica y puse todas mis cartas sobre la mesa. "Soy madre de dos niños, ellos son lo primero para mí, pero si me necesitan, estoy ahí. Completamente. No hago nada a medias. Y sí, también soy ruidosa, ¡estoy llena de energía!" Pensé que lo había echado a perder. Pero entonces llegó la llamada. Me querían. Después de seis meses en el fregadero, me ofrecieron unirme al equipo de eventos y catering. Mi jefe, Dirk Wittau, me preguntó si quería algo nuevo. Vaya pregunta. Quiero crecer con la empresa. Ahora hago postres y me he especializado en pastelería.

METRO celebrará pronto 60 años. Estoy listo con nuestro equipo. Para el postre. Para el postre que completa un menú. Enviaremos Alemania a Brasil en términos culinarios. Todo con las marcas propias de METRO. ¡Tenemos grandes productos! Sólo un ingrediente principal viene directamente de Brasil - sólo está disponible allí. Voy a mostrar quién es María. Todo mi corazón está en este postre.

Mis colegas son geniales. Conny es una máquina, Dirk es un modelo a seguir, Chris es un súper chef. Trabajamos juntos y nos apoyamos mutuamente. No somos solo un equipo, somos una familia. En las celebraciones conozco a Alex Atala, el mejor chef de Brasil. Es una estrella, un modelo a seguir. ¿Y yo? ¿Quién soy yo para que me dejen trabajar con los mejores chefs en el menú de la gala? De repente me asustaron las implicaciones. Yo, la pequeña brasileña, de origen humilde, sin formación. Pero mis colegas me tranquilizaron: "Eres Maria, de Brasil, no olvides quién eres y lo que puedes hacer". Mi mayor batalla fue contra mí misma, para no verme tan pequeña. Pero si tienes tus ingredientes, tu equipo a tu alrededor, no hay por qué tener miedo. Sólo tengo que centrarme en lo que puedo hacer. El trabajo no es sólo mi trabajo, es mi pasión, mi sueño.

Lo he conseguido, abuelo. Lo he conseguido".

PRÓXIMO CURSO: