Jennifer Mulinde Schmid nunca habría soñado que un día tendría su propio restaurante. Ahora está detrás del mostrador de "Schwarze Heidi", en Berlín-Kreuzberg, donde sirve a sus clientes especialidades suizas. La apasionada actriz y restauradora explica cómo surgió todo esto, qué retos conlleva y cómo los supera con la ayuda de las tecnologías digitales.
Como actriz y monologuista, Jennifer Mulinde Schmid pasó varios años en el escenario del Club de la Comedia Quatsch y apareció en producciones como "Tag und Nacht" y "Die Standesbeamtin". Como suiza con raíces africanas, sirve a sus clientes cocina suiza moderna en el restaurante "Schwarze Heidi". Todo lo que le gusta a ella misma está en el menú.
Todo empezó con un trabajo a tiempo parcial como camarera en el bar Röschti. Se enamoró del lugar. Pero cuando su restaurante favorito de Berlín Friedrichshain-Kreuzberg amenazó con cerrar, la suiza decidió hacerse cargo de él. Sin saber lo que significaba la restauración, sin saber en qué se estaba metiendo. Y en un momento en que había perdido todo lo que era importante para ella.
Ahora es la imagen del restaurante. A Schwarze Heidi acuden clientes no sólo de la otra punta de Berlín, y no sólo por la cocina. Le gusta tomarse su tiempo para saludar a los clientes en la mesa. Y entonces se siente como una actriz haciendo su entrada.
Las herramientas digitales le ayudan a gestionar más fácilmente los altibajos del negocio de la restauración, organizar a los empleados, vigilar los costes, poner en común el tiempo y conseguir estabilidad. Gracias a las herramientas digitales, también puede crear la libertad necesaria para volver a dar espacio a su segunda pasión como actriz.
Jennifer Mulinde Schmid, restauradora, actriz y monologuista suiza con raíces africanas, abrió Schwarze Heidi en Berlín Kreuzberg en 2016. Anteriormente dirigió el Helvetia Röschti Bar en el mismo lugar con un socio durante cinco años. En su restaurante sirve especialidades suizas con un toque moderno. Por ejemplo, hay Schwapas, tapas suizas, para el verano. En invierno, su cabaña de fondue en los terrenos del Haubentaucher sirve una de las mejores fondues de queso más allá de los Alpes. Su lema gastronómico es: "Quienes nos visitan vuelven a casa más felices que cuando llegaron".