Albaricoques secos con azúcar, un poco de zumo de limón y unas ramitas de romero hervidos en agua durante unos 15 minutos: ¿se supone que eso es una limonada moderna y sabrosa? Muchas cosas en la cocina de Karl Romboy, del restaurante Karl, parecen ser un territorio nuevo y emocionante para los jóvenes en cuanto a su funcionalidad real.
No es de extrañar: según el informe sobre nutrición de 2018 del gobierno alemán, muchos alemanes valoran la comida sana, pero una de cada cuatro personas come varias veces a la semana tentempiés como hamburguesas, sándwiches o pizza. Ninguno de los 20 jóvenes de la escuela Elly Heuss de Düsseldorf ha hecho nunca una hamburguesa desde cero, desde el pan hasta la hamburguesa y la limonada fresca, en la cocina del restaurante Karl. Hoy están aquí porque han ganado el exclusivo curso de cocina de la exposición METRO unboxed experience, y tienen hambre.
Tenemos que dejar claro a la próxima generación que nuestros recursos en la tierra son limitados y que debemos tratar los alimentos con aprecio
Karl Romboy
Y así, junto con el mejor chef de Düsseldorf, los jóvenes cortan verduras frescas, amasan la masa casera, dan forma a la carne picada y aprenden no sólo a apreciar la comida y su preparación, sino también a ahorrar recursos en el proceso. El chef es un genio en estas lides: El agua se recoge y se recicla, las verduras sobrantes se convierten en caldo y lo que no se come se va a casa en las mejores cajas de sobras.
La importancia de la educación nutricional también se refleja en el Informe sobre Nutrición 2018: 9 de cada 10 alemanes desearían que esta asignatura se impartiera en la escuela, con la misma ponderación que las matemáticas, el alemán o el inglés. Con la introducción adecuada, podría ser posible inspirar a más jóvenes para carreras en la hostelería.
