¿Qué más deberían tener en cuenta los empresarios?
Para mí, es importante no ser demasiado tímido para echar una mano. No tengo en mi repertorio la frase "Ese no es mi trabajo". Si el jefe muestra este tipo de compromiso, tiene el efecto contrario en los empleados. Además, la simpatía y la antipatía no deben desempeñar ningún papel en la entrevista de personal. Alguien puede hacer un trabajo excelente aunque yo no esté en su misma longitud de onda. Por lo tanto, esto no debe conducir a una menor comunicación. Un ejemplo práctico: un empleado que, por lo demás, siempre era fiable, de repente llegaba tarde con regularidad a un turno concreto. En una conversación personal, salió a relucir que la situación familiar había cambiado y ese turno era difícil de gestionar. La persona nunca habría buscado el diálogo por su cuenta. Así que la comunicación es lo más importante.
Esto nos lleva de nuevo a la cuestión de los horarios de trabajo.
De hecho, me atrevería a decir que nuestro sector ofrece el empleador adecuado con el horario de trabajo adecuado para todos.
¿Incluso para los padres, especialmente las mujeres?
Sí. Las madres, en particular, suelen ser muy eficientes porque pueden -y deben- hacer muchas cosas a la vez, y en poco tiempo. Con la Foodservice Women's Network también apoyamos específicamente a las mujeres del sector de la restauración y sectores afines. Sin embargo, las condiciones marco estructurales también deben ser las adecuadas. Si el coste de una plaza de guardería es superior a los ingresos, algo falla. Aquí también hace falta política.
Por un lado, se trata de un llamamiento a los políticos, las tarifas de las guarderías de palabra clave, pero por otro lado, naturalmente, también se plantea la cuestión de los salarios.
Y, por tanto, también la cuestión de los precios. En Alemania, nuestros precios en el sector de la restauración a menudo siguen siendo demasiado bajos. Una remuneración justa debe reflejarse también en el menú.
Ahora se leen a menudo referencias al aumento de los costes en los menús. ¿Aconsejaría a los restauradores abordar el tema de forma tan proactiva en el menú?
No. La gente que va a un restaurante quiere pasar una buena velada, no abrir el menú y que lo primero que lea sea sobre el maltrecho sector y las subidas de precios. Mi consejo es formar al personal y darle argumentos para afrontar las críticas de los clientes. Y en caso de duda, estar siempre disponible como jefe para explicarlo cuando se pregunte en la mesa. El aumento de precios no es para enriquecerse, sino hoy en día sobre todo para cubrir costes. Queremos ofrecer a nuestros empleados puestos de trabajo seguros con una remuneración justa. Eso es algo de lo que podemos estar seguros y no tenemos que disculparnos por ello.
Conclusión: ¿Su alegato a favor del sector de la restauración?
No todo el mundo lo ama, pero prácticamente todo el mundo lo utiliza. Y creo que somos el sector más bonito y divertido del mundo.