La Semana Santa no es sólo una fiesta cristiana, sino también una época llena de tradiciones culinarias en todo el mundo. Mientras en Italia el aroma de la cáscara de naranja confitada impregna las tradicionales tartas colombe, en las pastelerías inglesas los aromas especiados de los hot cross buns recién glaseados impregnan el aire. Y en Finlandia, el malteado mämmi es un auténtico postre de culto. Un viaje a través de las tradiciones reposteras internacionales muestra lo que sale de los hornos durante las fiestas y qué ideas merece la pena añadir a su propio menú.
Cordero de Pascua: el clásico alemán de Pascua
No hay Pascua sin cordero, al menos en muchas pastelerías alemanas. Lo que hoy se presenta como un bizcocho dulce con azúcar glaseado por encima tiene orígenes muy arraigados. En la simbología cristiana, el cordero es símbolo de pureza y del sacrificio de Jesús, el llamado "Cordero de Dios" (Agnus Dei). Los corderos benditos de Pascua se distribuían como alimento ya en la Edad Media, aunque entonces eran de carne. Hoy, sin embargo, el cordero suele acabar en el plato en bizcocho o bizcochuelo: masa aireada, horneada en un molde tradicional de cordero y a menudo espolvoreada con azúcar glas. Pero los pasteles de arena o las variantes de bizcocho con limón, vainilla o nueces también quedan bien en el molde. En el sur de Alemania o Austria, son habituales los corderos de Pascua hechos con masa de levadura o masa quebrada. El cordero de Pascua también queda muy bien fuera de la mesa. Envuelto en celofán, con un lazo o una etiqueta, el clásico cordero se convierte en un regalo o recuerdo popular en estas fiestas.