La permacultura es una forma de agricultura ecológica en la que se crean tierras de cultivo sin derrochar recursos ni desplazar hábitats. El uso económico del agua y la evitación de fertilizantes artificiales, pesticidas, herbicidas y fungicidas son principios importantes de este enfoque. Hasta aquí la teoría. Si realmente se quiere entender el concepto holístico, el mejor lugar para visitar es Jelanisol. Un recorrido por la finca de 52 hectáreas revela rápidamente cómo funciona el sistema. Un factor decisivo es el suelo o, para ser más exactos, la capa de humus que aquí se forma cuidadosamente. Contiene microorganismos y nutrientes y es una importante reserva de agua. Hierbas, flores, menta silvestre e hinojo crecen sin ser molestados entre las plantas frutales y hortícolas y protegen el suelo de la desecación. Los campos curvos evitan que el agua se escurra con demasiada rapidez y que el suelo se erosione. Los setos en terrazas sirven de cortavientos y "hoteles para animales".
"No nos cabe duda de que la permacultura con agricultura ecológica será la única forma de alimentar a la población mundial a largo plazo", subraya Friedrich Lehmann. Hace tiempo que ha demostrado que el concepto también es rentable económicamente: Cosecha entre 600 y 750 toneladas de frutas y hortalizas al año con su equipo, que aumenta estacionalmente a unos 30 empleados. "Cuanto más reforzamos el suelo y mejor entendemos la naturaleza, mayor es el rendimiento. Pero no nos interesa sobre todo la cantidad, sino sobre todo la calidad", y todos los consumidores de Alemania pueden comprobar por sí mismos lo buena que es. Friedrich Lehmann entrega la mayor parte de la cosecha -principalmente granadas, kumquats, mangos y aguacates- directamente a los hipermercados Real de Alemania.