Plástico de tradición: cómo puede triunfar el cambio de rumbo

El plástico es "peligrosamente útil". Es cómodo y versátil, "pero también suele ser bastante inútil y perjudicial para el medio ambiente al final de su vida útil, a menudo corta", afirma Bernd Günter, activista medioambiental y cofundador de la organización geht ohne e. V. En esta entrevista, Günter ofrece inspiración a minoristas, hosteleros y particulares.

Esta traducción ha sido creada a partir del texto original utilizando IA (DeepL).
Botella de plástico

El problema mundial de los residuos es sobre todo un problema de plástico: "De los 60 millones de toneladas de plástico que se producen anualmente sólo en la UE, casi el 40% es material de envasado", afirma Bernd Günter, citando los últimos datos de mercado de PlasticsEurope. En realidad se reutiliza muy poco, la mayor parte se incinera, se deposita en vertederos o se exporta. El resultado: casi el 60% del plástico producido en el mundo sigue en el medio ambiente. "La inimaginable cifra de 4.900 millones de toneladas que se descomponen muy lentamente y se están convirtiendo en uno de los mayores problemas medioambientales de nuestro tiempo", afirma Günter.

El plástico, ¿nuestro amigo y ayudante?

Bolsas, pajitas, artículos para llevar, embalajes para envíos... El plástico está en todas partes: "Incluso la bolsa de plástico sólo tiene una tasa de reciclaje de alrededor del 7%, lo que no es precisamente ejemplar", dice Günter. Los productos de plástico llevan miles de millones en nuestra vida cotidiana desde hace muchas décadas. "Todo el mundo los conoce y los utiliza -y durante mucho tiempo, con relativa despreocupación, incluso en los sectores de la restauración y el comercio minorista".


botella de plástico

Los requisitos de entrega, calidad y rendimiento en toda la logística alimentaria conducen al sobreembalaje de mercancías. Por ello, en una declaración publicada en 2018, METRO se comprometió a reducir drásticamente su propia huella de plástico para 2025. Entre 2012 y 2018, se ahorraron casi 497 toneladas de material en el envasado de productos en todos los ámbitos: papel, vidrio, metal y plástico. Solo el plástico supuso 172 toneladas en el ejercicio 2018/19. Para 2023, se prevé ahorrar un total de 300 toneladas de envases de plástico. Las alternativas, como el proceso de recubrimiento de frutas y verduras, son otro enfoque para evitar los residuos.


Los envases de plástico convencionales son mucho más baratos que los demás, pero sus costes para el medio ambiente y la salud son incalculables.

Bernd Günter, activista medioambiental y cofundador de la organización geht ohne e. V.
Bolsas de plástico en una papelera

El elevado precio del plástico barato

Así que existen, las alternativas de envasado: "Sin embargo, hay casos en los que se disponía de materiales de envasado alternativos y competitivos, pero no fueron aceptados por los envasadores por razones menores de coste", informa Günter. En última instancia, el precio del plástico es el factor decisivo: "Los envases de plástico convencional son significativamente más baratos que otros". ¿Por qué? "Los plásticos convencionales son baratos por dos razones principales: en primer lugar, se basan en petróleo y productos químicos, materias primas muy baratas y disponibles en abundancia desde hace décadas; en segundo lugar, desde los años 50, los procesos de fabricación se han optimizado hasta tal punto que ahora el plástico puede producirse de forma muy eficiente y a muy bajo coste", explica el experto.

Sin embargo, advierte contra la falacia que nos transmite el plástico. Al fin y al cabo, las consecuencias y los costes de los residuos plásticos y su eliminación son desproporcionadamente altos. "Para ser sinceros, los costes derivados para el medio ambiente y la salud son incalculables", afirma Günter. Otra razón por la que los envases de plástico suelen seguir siendo populares son las expectativas de los consumidores. "A menudo ya no se compran frutas y verduras si tienen el más mínimo desperfecto o se desvían de las normas habituales", dice Günter. Entonces, ¿también tenemos que trabajar sobre todo en nuestra actitud como consumidores finales?

Es hora de cambiar

En primer lugar, es importante replantearse y mejorar los sistemas establecidos. "Y se puede hacer", está seguro Bernd Günter. Para él y sus colegas de geht ohne e.V., con sede en Hamburgo, una cosa está clara: la prevención de residuos no empieza sólo con los envases, sino con un estilo de vida y un comportamiento del consumidor cambiados y en constante evolución. "Aquí es donde residen las oportunidades y los retos para todos nosotros". Un ejemplo de ello es el planteamiento de residuo cero.

Los defensores del "residuo cero" suelen centrarse en la compra y el consumo respetuosos con los recursos y orientados a las necesidades, y prestan atención a la regionalidad y estacionalidad de los productos que consumen. "Estas personas no intentan que todo sea perfecto de un día para otro, sino que trabajan para mejorar constantemente y buscar alternativas", explica Günter. Este planteamiento también podría ser útil para una solución holística de mejora de los ecosistemas en todo el mundo, en la que la restauración y el comercio minorista desempeñan un papel importante.

Para una protección medioambiental sostenible a gran escala, en última instancia debe haber un equilibrio de acción entre los consumidores privados, la industria, el comercio, la restauración, las ciudades y la política, entre otros, explica Günter. "Esta es la única manera de cambiar realmente los hábitos, la cultura, los mecanismos, los productos y los procesos y establecerlos como normas sociales y modelos a seguir".

El futuro es digital

Günter y sus colegas también apuestan por la digitalización para invertir la tendencia de los residuos de envases. "Palés conectados en red, cajas inteligentes reutilizables, aplicaciones autooptimizables: En el futuro, dispondremos de tanta información sobre la ubicación, el tiempo, el entorno, la temperatura, la composición y la logística que podremos reducir y mejorar significativamente tanto la propia logística como el esfuerzo de envasado" Los propios envases reutilizables o embalajes protectores podrían, por ejemplo, estar hechos de plástico altamente estable y moderno, fabricado con materias primas libres de fósiles, procesado de tal forma que pueda reciclarse fácilmente o desmontarse y reutilizarse en aplicaciones industriales. "Por tanto, la solución es también -si no principalmente- una cuestión de diseño", concluye Günter.


Estrategia de sostenibilidad de METRO

Para METRO, los envases son una pieza fundamental en la compleja cuestión de la sostenibilidad. Desde octubre de 2018, METRO trabaja en la eliminación gradual del material de PVC y EPS en el área de marcas propias, apuesta por la certificación FSC o PEFC para los envases de papel, cartón y madera y pretende ahorrar un total de 300 toneladas de envases de plástico para septiembre de 2023.

Más información sobre la estrategia de sostenibilidad de METRO en el informe de sostenibilidad.

Residuos plásticos: por un cambio sostenible

La Iniciativa METRO sobre el Plástico, lanzada el Día Mundial de los Océanos de 2021, tiene 2 objetivos principales:

1. Esfuerzos conjuntos de METRO y proveedores seleccionados para evitar en primer lugar que alrededor de 65 millones de botellas de plástico lleguen a los océanos en los próximos 12 meses. Para lograrlo, se recogerán en origen -en tierra- alrededor de 1,3 millones de kilos de residuos plásticos. Al mismo tiempo, se apoyará a las comunidades que viven en la pobreza en las regiones costeras.

2. la colaboración con proveedores seleccionados y clientes de METRO pretende concienciar sobre la necesidad de reducir aún más el uso del plástico y, al mismo tiempo, sensibilizar a la población sobre un consumo más sostenible y un mejor reciclaje para reducir el consumo de recursos valiosos y cerrar los ciclos de los materiales.

Para ello, METRO colabora con la empresa social canadiense Plastic Bank, que convierte el plástico en moneda para la población de las regiones costeras empobrecidas. Los recolectores reciben una prima por entregar los residuos plásticos desechados a su Plastic Bank local y pueden utilizarla para pagar artículos de primera necesidad, como ropa, matrículas escolares o alimentos. METRO también trabaja con proveedores que ya están aplicando una estrategia de reducción del plástico dentro de su propia organización. Una campaña recurrente en las tiendas METRO de 24 países, acompañada de una campaña de información omnicanal, también pretende animar a los clientes de METRO a tomar decisiones de compra más sostenibles, a adoptar soluciones de envasado más sostenibles en su propia empresa y a reciclar mejor.

En definitiva, estos tres pilares de la Iniciativa del Plástico de METRO -evitar el plástico en el mar con el Banco de Plástico, reducir el plástico en los envases y decisiones de compra y reciclaje más conscientes por parte de los clientes- pretenden contribuir a un cambio sostenible.

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