En la actualidad, el sector de la restauración no puede reunir físicamente a la gente, y sin embargo nos conecta. Cada uno de nosotros que coge su teléfono móvil para pedir su plato favorito en un restaurante, o algo completamente nuevo en un lugar nuevo, está garantizando a pequeña escala que la gastronomía sobreviva en toda su colorida diversidad. Y si algo me ha enseñado Corona es que "hoy no cocino yo" siempre ha sido #supportyourlocal.
Las personas y la gastronomía van de la mano. Sin el otro, ambos están perdidos. Incluso dándome cuenta de esto, yo cocino. Pero si no cocino yo, sabe mejor porque sé que mi anhelo por ese sabor -y el mismo anhelo de todas las demás personas que esperan conmigo su pizza a la luz de las farolas en el cruce con tráfico calmado- pondrá una sonrisa en la cara de un restaurador independiente. Al fin y al cabo, la gastronomía es lo que nosotros, como comensales, junto con todas las personas que trabajan y se apasionan por ella, hacemos de ella. Con máscara, con distancia, con amor.