Covid-19 está moviendo la economía y a las personas. Pero también hay otros temas que están teniendo un impacto duradero en los sectores minorista y hostelero. Presentamos 10 tendencias.
No cabe duda de que la pandemia mundial está afectando a casi todos los ámbitos de la vida y el trabajo. Las medidas y restricciones han tenido un enorme impacto en el sector de la restauración y la hostelería en particular. Sin embargo, muchas otras tendencias están impulsando las industrias de la restauración y el comercio minorista, también con vistas a un futuro (próximo) en el que el coronavirus ya no sea el factor principal. 10 novedades del sector alimentario que marcan tendencia.
En la actualidad, la multitarea no sólo se exige a muchos empleados, sino que también se aplica a los alimentos: se supone que los llamados alimentos funcionales hacen algo más que "sólo" nutrir. Los alimentos funcionales contienen ingredientes adicionales y se les atribuye un efecto positivo sobre la salud. Algunos ejemplos son los yogures probióticos o los zumos y bebidas para el desayuno enriquecidos con calcio o antioxidantes como la vitamina E. Sin embargo, el efecto positivo no siempre está demostrado científicamente. La moda se originó en Japón y allí está haciendo furor.
La comida precocinada está en auge. En 2020, el consumo per cápita en Europa fue de 20,1 kg de media. En 2019, rondó los 17 kg, y la previsión para 2021 es de 18,7 kg. Ya sea trabajando desde casa entre reuniones y guarderías o durante el horario habitual de oficina: a veces las cosas tienen que ser rápidas. Ya sea sushi listo para comer o sopa para calentar: La gama está creciendo e influye tanto en el sector minorista como en el de la restauración.
Los alimentosricos en proteínas ya no son productos de nicho en el panorama culturista. El pan y los panecillos proteicos, por ejemplo, también se pueden encontrar en las estanterías de mayoristas, minoristas, cafeterías y panaderías. La receta del éxito: muchas proteínas, pocos hidratos de carbono, sabrosos y saciantes.
Aunque parezca paradójico para la tendencia nº 1: "Menos es más" también se aplica al número de ingredientes que muchos consumidores desean consumir. Cuanto más corta sea la lista de ingredientes, mejor. Por supuesto, esto choca -hasta cierto punto- con la demanda de productos precocinados, cuya lista de ingredientes no siempre prescinde de conservantes y similares. Precisamente por eso existe un gran potencial de desarrollo para la industria alimentaria: crear platos listos para consumir que prescindan del mayor número posible de aditivos.
La restauración cobra vida a través de la experiencia individual, el comercio minorista a través del servicio personal. Las soluciones digitales pueden respaldar esta afirmación. Ya sean herramientas de pedidos y reservas o etiquetas de precios dinámicas en el supermercado. Los estudios actuales lo demuestran: La digitalización en el sector de la hostelería va en aumento. El 72% de las empresas cree que las medidas digitales han reforzado su competitividad durante el coronavirus.
Además de la carne ecológica y regional, están ganando terreno nuevas tendencias cárnicas. Por un lado, se consume menos carne, sobre todo en los países del norte y el oeste de Europa. Por otro, los consumidores optan por carne de mayor calidad. Por otro lado, los sustitutos de la carne no sólo son cada vez más sofisticados en cuanto a sabor, sino que también son cada vez más populares.
En Alemania, las frutas y hortalizas se compran preferentemente a nivel regional y de temporada (con algunas excepciones, como los aguacates y las naranjas). Los consumidores consideran que los productos regionales son más frescos, de mayor calidad y más nutritivos. Como ocurre a menudo, la solución ideal -especialmente para el sector de la restauración- reside en una combinación: la venta al por mayor y la regionalidad se complementan y garantizan a los clientes la mejor calidad.
Ya sean "residuos cero"o envases innovadores: La sostenibilidad es una de las grandes tendencias que afecta a muchos otros aspectos, desde el aprovisionamiento y la producción hasta la comunicación externa. Los consumidores no sólo quieren una "buena sensación" cuando compran, sino que exigen transparencia y un compromiso auténtico. Las empresas pueden contribuir activamente a la protección del medio ambiente reduciendo la huella de carbono de su restaurante, por ejemplo, así como llegar a nuevos grupos destinatarios e inspirar a sus clientes ofreciéndoles productos sostenibles.
Removidos a mano, horneados a fuego lento o prensados en frío: El origen y la historia de los productos desempeñan un papel cada vez más importante a la hora de atraer a los consumidores. El resultado son delicias como la cerveza de cocción lenta o la avena de la noche a la mañana. ¿Quién iba a pensar hace unos años que los copos de avena se venderían como rosquillas como desayuno en los cafés?
Muchos restaurantes y platos que antes se consideraban insólitos han dejado de ser exóticos. El panorama gastronómico es cada vez más diverso, igual que las inspiraciones en la cocina de casa. La comida fusión o crossover va un paso más allá y combina ingredientes de cocinas completamente distintas. Por ejemplo: burritos de sushi, cronuts (donuts hechos con masa de croissant) y cruffins (croissants en forma de magdalena) o pizza kebab. Los minoristas adaptan su oferta en consecuencia. Independientemente de si es posible viajar de verdad o no, al menos es posible hacer un viaje culinario a lugares lejanos. Una tendencia que no parece que vaya a invertirse pronto, con o sin coronavirus.
