La primera impresión cuenta
Las primeras impresiones suelen determinar si un consumidor vuelve a comprar un producto, por lo que son fundamentales a la hora de introducir innovaciones alimentarias. "Los productos nuevos requieren un manejo diferente: ponerlos en manos de un experto que trate el nuevo producto con respeto y le haga justicia aumenta las posibilidades de obtener una buena primera impresión", afirma Penney. También se pueden abordar de este modo los posibles puntos débiles del producto: Supongamos que la mozzarella vegana no es adecuada para una lasaña, por ejemplo, porque se quema demasiado rápido: si el chef lo sabe, no ofrecerá lasaña, sino tal vez caprese en su lugar. Sin embargo, si un cliente prepara una lasaña con ella en casa y resulta que no es nada, es poco probable que vuelva a comprar el producto.
Otro aspecto importante que un chef puede aportar a un producto y a una marca es su credibilidad culinaria. "Siempre hay dudas sobre la promoción de un producto por parte de la empresa que lo fabrica o vende, pero que un chef independiente avale su credibilidad es una señal clara para los comensales y otros chefs", afirma Rachel Soeharto, de Impossible Foods. Una vez que el chef está convencido del producto, no sólo se queda con la marca y está más abierto a nuevas innovaciones de producto, sino que también puede formar parte del marketing". Adam Penney también está detrás del producto que ha ayudado a desarrollar en todos los canales, promocionándolo en las redes sociales, por ejemplo, o participando en videoconferencias con representantes de los medios de comunicación. Gracias a la primera impresión positiva y a la credibilidad culinaria, el sector de la restauración puede desempeñar un papel central en el lanzamiento al mercado y en la creación de demanda entre los consumidores finales, que en última instancia actúa como motor de ventas una vez que el producto ha llegado a las estanterías de los supermercados.