Robot láser:
Seis cámaras, 42 módulos láser: el robot láser separa las malas hierbas en una anchura de trabajo de seis metros. Apunta al crecimiento silvestre y elimina las malas hierbas mediante láseres de CO2. Una alternativa a los productos fitosanitarios (pesticidas) que no sólo protege el suelo y el medio ambiente, sino que también permite plantar más cerca.
Robots escardadores:
Todo jardinero conoce la pala, una herramienta de jardín para desherbar. Los robots modernos llevan esta herramienta al siguiente nivel, como el "Farming GT": alimentado con imágenes, el dispositivo reconoce las malas hierbas y deja el cultivo intacto. Los aperos de azada trabajan con precisión alrededor de las hierbas deseadas, y las llamadas rejas de pata de ganso también trabajan el suelo, mejorando el suministro de aire y agua.
Máquinas cosechadoras:
Pesan toneladas y son tan grandes como un camión. Utilizan unidades de corte especiales, tecnología de transporte y unidades de clasificación para procesar incluso plantas delicadas como las hierbas cortadas de forma eficaz y ahorrando tiempo. Gracias a la detección precisa con GPS y sensores, reducen las pérdidas de cosecha y sustituyen el tedioso trabajo manual, lo que permite una cosecha económica incluso cuando falta personal. Por lo general, la máquina es controlada por una sola persona, mientras que uno o dos trabajadores adicionales pueden estar a bordo para la inspección, preclasificación o envasado, dependiendo del modelo.