La comida como identidad: somos lo que (no) comemos
Hoy en día podemos elegir entre una enorme variedad de alimentos, aunque no en todo el mundo, al menos en gran parte de él. Y sin embargo, sobre todo en los países occidentales, tenemos grandes expectativas: la comida debe ser sabrosa y saciante, sana y de calidad, y al mismo tiempo barata. Para nosotros, la comida ya no es sólo la satisfacción de una necesidad básica; la comida garantiza la salud y el bienestar. Y crea identidad: "Hoy en día, la comida se ha convertido en una plataforma de identidad. Modas dietéticas como el vegetarianismo, el veganismo, las dietas sin lactosa o los regímenes alimenticios se han vuelto mucho más pronunciadas y plurales. Hace cien años, la gente definía su filiación social por su pertenencia a un partido político, pero hoy son veganos", explica Klotter. La comida, que se comparte a través de las redes sociales, se está convirtiendo en un símbolo de estatus.
Sorprendentemente, al mismo tiempo está disminuyendo la importancia de la comida como acto social. "Cocinar y comer juntos es cada vez menos habitual. Nuestro trabajo flexibilizado ya no está orientado a comer, sino que comer está orientado al trabajo", dice Klotter. El resultado: la "snackificación", mucha comida para llevar y platos precocinados procesados. El resultado es que ahora nos enfrentamos a diversos problemas relacionados con la nutrición, como la obesidad o las carencias vitamínicas, a pesar de que en realidad tenemos todas las oportunidades para comer de forma consciente y saludable.