De food truck a restaurante propio
Los dos fundadores llevaron su food truck a mercados y parques empresariales. Rápidamente ganaron adeptos y clientes habituales, muchos de los cuales no eran estrictamente veganos ni vegetarianos, pero quedaron impresionados tanto por la calidad como por el sabor de la comida soul reinterpretada. Tras un año con el food truck, los nuevos restauradores abrieron su hamburguesería vegana.
Bunte Burger sirve hamburguesas a base de alubias rojas, polenta o jackfruit, y deliberadamente no se parecen en nada a las de origen animal. "No imitamos deliberadamente la carne", dice Glemnitz, "sino que queremos crear una experiencia de sabor que no se consigue con una hamburguesa convencional" Los productos sustitutivos de la carne de BeyondMeat, que se acercan conscientemente al original animal, tienen sin embargo Bunte Burger en el menú. "Hay que hacerlo porque la gente lo pide", dicen. "Y nosotros queríamos satisfacer esa demanda".
Responder a los deseos de los clientes con un concepto económico
Desde la apertura, los fundadores han respondido repetidamente a las peticiones de los clientes. Al fin y al cabo, la sostenibilidad es importante, pero también tiene que haber un concepto económico detrás. "Al principio teníamos una estrategia de precios en la que todas las hamburguesas costaban lo mismo. Rápidamente nos dimos cuenta de que a mucha gente le parecía demasiado cara. Así que introdujimos una diferenciación de precios y distintos tipos de hamburguesa", explica Binder. Ahora, quien lo desee puede elegir entre una hamburguesa básica sin muchos adornos o una hamburguesa especial por unos euros más.
Lo mismo ocurre con las patatas fritas ecológicas. "Al principio, ofrecíamos patatas fritas con salsa por 4,90 euros. A menudo, el dip se comía medio vacío o se devolvía entero. Eso también perjudicaba a la hora de evitar residuos y recursos", relata Glemnitz. Así que ambos decidieron ofrecer sus patatas fritas a un precio más bajo y varias salsas como suplemento. Así, por 0,90 céntimos más, los clientes pueden elegir exactamente el topping que quieren. Glemnitz: "Esto permite a los clientes decidir por sí mismos: ¿Qué quiero y cuánto estoy dispuesto a gastarme?".